sábado, 9 de mayo de 2009

el mago de Oz



He leído poco a Amos Oz, pero aún así, lo poco que he leído, me ha parecido tan real que podría decir que he pisado las mismas calles que alguno de sus personajes.

Quizá Oz sea judío. Quizá incluso sea uno de esos judíos muy creyentes y practicantes. Pero si algo caracteriza a este escritor es su ecuanimidad, su inteligencia pausada y precisa, su conocimiento profundo de todo aquello de lo que habla y, por encima de todo, su tolerancia y respeto por los seres humanos, independientemente del color, la raza, la cultura, las creencias o la religión que profesen; convirtiéndose en una persona inigualable.

Amos Oz escribió un ensayo en 1968 en el que, rememorando la famosa “Guerra de los Seis Días” (Junio 1967), hacía referencia a su estado de ánimo y sus impresiones al recorrer las calles del Jerusalén reconquistado de manos palestinas y dejó plasmadas frases como la siguiente:

“Intenté, con todas mis fuerzas, pensar en Jerusalén Este como un hombre que ha echado a sus enemigos y que ha recuperado una herencia ancestral, pero no fui capaz.”

Ejemplar frase de una persona que ha luchado por recuperar algo que es suyo y aún así reconoce que la lucha no es el camino para hallar la paz. Ojalá en el mundo hubieran muchísimas más personas que se hicieran conscientes y que predicaran tanto por la paz como lo hace este humilde escritor.

1 comentario:

José María. dijo...

Amos Oz junto a David Grossman son dos grandes escritores de Israel; merecedores, hace años, del Premio Nobel. Todo lo que leas de ellos es maravilloso.
Un beso.
Jose Maria.