martes, 15 de enero de 2008

de amores y otras bendiciones...

Mi querido Blog,

Sé que llevo muchos días sin escribirte y que debes sentirte un poco abandonado, no tienes porque.

Este lapso ha sido provocado en parte por Desidia, en parte por Pereza y en parte porque Musa Inspiración no ha llegado a mi hasta hoy, a pesar de invocarla de mil formas diferentes.

Hoy sin embargo, vino a mí como la brisa que infla las velas y, como tal, me ha embarcado en este viaje que iniciamos tú y yo.

Hace unos días recibí una carta de amor. No, no era para mí pero podría, sin duda alguna, haberlo sido.

Creo que todas las personas que, en algún momento de sus vidas, han sentido una rotura en su corazón encontrarán en esta carta un reflejo de la grandeza y la bajeza humanas. Dicho sea de paso, no creo que sea necesario haber sufrido por un amor, porque estoy convencida que no hay dolor más extraño, punzante y difícil de olvidar y perdonar que la traición de un amigo.

Ahora os dejo con las palabras de Roberto a Cristina.

Un beso grande, fuerte y sentido.


Estimada Cristina:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de Disolución de nuestro Vínculo matrimonial.
A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.
Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.
Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:
- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.
- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.
- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
- La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
- La promesa de que yo sería el Único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:
- Los silencios.
- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
- El sabor acre de los insultos y reproches.
- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
- Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.
- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
- Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc.) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso...objetos.

Por último, recordarte el nº de teléfono de mi abogado(.......)para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, Roberto.



NOTA: Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor

domingo, 6 de enero de 2008

ya han llegado los Reyes y a mi me trajeron un regalo

Hoy festividad de los Reyes Magos de Oriente me ha pasado algo realmente asombroso.
Resulta que quedé con mi hermana en ayudarle a preparar el ágape para toda la familia que nos reuníamos, como cada año, en su casa con motivo de esta maravillosa festividad. Como mi hermana vive en Mollet del Vallés me dirigí, como habitualmente hago, a la estación de Renfe situada en Passeig de Gracia. Cuando llegué a la estación compré mi billete, miré el horario del próximo tren y, como tenía tiempo suficiente, decidí desayunar un poco.
Mientras estaba desayunando se acercó a mí un hombre que me vendía pañuelos de papel. Solo me vendía pañuelos por 20 ó 30 céntimos de euro, pues ya le habían invitado a tomarse un café con leche y no quería comer nada. Después de decirle varias veces que no le iba a comprar ningún paquete de pañuelos, me miró y me dijo que podía darme su número de teléfono móvil y que le llamara para tomar un café cualquier otro día, según decía él, porque una mujer tan exageradamente hermosa no debía ir sola por el mundo.
Obviamente le dije que no quería su teléfono, pero su actitud me indignó sobremanera. Primero porque si tenía teléfono móvil, ¿que hacía vendiendo pañuelos de papel? Segundo porque encontré el comentario exageradamente machista; resulta que si eres hermosa tienes que quedarte en casa, ir colgada del brazo de cualquier tipo o llevar burca. Y por último, porque me recordó al comentario de mi amiga Lucia (pronunciar en italiano) por el que, según su padre, todos atraemos a un tipo de “personajes” y… yo debo atraer a todos los “jetas”, machistas y “tocados del ala”!
¿Sabe alguien donde puedo hacerme un estudio del karma? Creo que necesito una limpieza espiritual y ¡la necesito ya!