miércoles, 27 de agosto de 2008

LorEnzo


Lorenzo, con el rostro abatido de pesar se reúne con Lucía en un bar para tomar un café. Deprimido descargó en ella sus angustias...que si el trabajo, que si el dinero, que si la relación con su ex-pareja, que si su vocación... todo parecía estar mal en su vida.

Lucía sacó de su cartera un billete de 100 euros y le dijo:

* Lorenzo, ¿quieres este billete?

Lorenzo, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:

* Claro, Lucía,...son 100 euros, ¿quién no los querría?

Entonces Lucía tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña pelota. Mostrando la estrujada y arrugada pelotita a Lorenzo, volvió a preguntarle:

* Y ahora ¿también lo quieres?

* Lucía, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 100 euros, claro que los quiero si me los das.

Entonces Lucía desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con su pie, levantándolo luego sucio y marcado.

* ¿Lo sigues queriendo?

* Mira Lucía, sigo sin entender qué pretendes, pero ese es un billete de 100 euros y mientras no lo rompas conserva su valor...

* Entonces, Lorenzo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee SIGUES siendo tan valioso como siempre lo has sido. Lo que debes preguntarte es CUANTO VALES en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Lorenzo se quedó mirando a Lucía sin poder articular palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro. Lucía puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: - Toma, guárdalo para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete NUEVO de 100 euros para poder usar con el próximo amigo que lo necesite. Le dio un beso en la mejilla a Lorenzo, que aún no había pronunciado palabra y, levantándose de su silla, se alejó con su atractivo andar rumbo a la puerta. Lorenzo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en su billetera y dotado de una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...

jueves, 21 de agosto de 2008

blog cerrado por luto


Este es un homenaje a las víctimas y allegados del terrible accidente aéreo ocurrido en Barajas.
Para todos ellos, mis más sinceras condolencias.

martes, 19 de agosto de 2008

recuerdos


Soy de esas extrañas personas que no tienen ningún aparato de televisión en su hogar y que dedica sus horas de asueto a la lectura, el relax o la vida social.
También soy de esas extrañas personas que leen el lunes los artículos que aparecen como especiales en la prensa del domingo.

Al no entender de afinidades políticas y fijarme más en como se escriben las cosas a en quien las está escribiendo, tengo la ventaja de poder disfrutar de lecturas de rotativos tan dispares como el Avui o el mismísimo ABC.
Últimamente, hará cosa de unos 5 años, empecé a aficionarme a la lectura de El País.

Hoy lunes encontré un artículo sobre Calafell, pueblecito antaño pesquero de la costa de Tarragona, en la sección de “un día en la playa” de El Pais del domingo (quizá solo publicado en la edición para Catalunya).

Y recuerdo…

Recuerdo que en las playas de Calafell encontré al que años más tarde fuera mi primer gran amor.
Recuerdo las salidas nocturnas a tomar cervezas y comer sardinas en La Espineta.
Recuerdo que para llegar hasta ese maravilloso bar de pescadores había que andar descalzo por la arena.
Recuerdo el tacto húmedo de la arena en las noches de verano.
Recuerdo las verbenas populares en la playa.
Recuerdo mis primeras incursiones en la vida nocturna y las discotecas.
Recuerdo…

Y vuelvo la vista y veo a una mujer, madura y entera pero con la misma alegría y fuerza que tenía aquella joven que veraneaba en Calafell.

Ahora el pueblo ya no es lo que era, la fiebre inmobiliaria lo convirtió en un lugar mezquino, como cualquier otro, y perdió algo de su encanto.

Pero aquel Calafell, el que yo conocí, sigue viviendo y vivirá por siempre en mi memoria.



lunes, 11 de agosto de 2008

el final del verano...

Te contaré el cuento

de los dos conejitos

que dormían felices

en sus dos cestitos.

Se lavaban la ropa

se cantaban la nana

decían buenas noches

y hasta mañana...


Se me ha hecho tarde y tengo esa sensación que tienen los niños el día antes de "la vuelta al cole", las pocas ganas de dormir, la excitación excitada de que llegue mañana, millones de mariposas inundando mi estómago... A diferencia de esos pequeñuelos, el mío no es un estado de gracia sino más bien de des-gracia, dado que el merecido reposo estival me pareció extraño y alarmantemente corto.

Debería dormir para poder lucir esa espléndida sonrisa que me caracteriza, no sea que mañana me parezca más a "Cruela Deville" que a "Campanilla"...

¿Sabes tú cantar nanas?