martes, 30 de diciembre de 2008

lunes, 29 de diciembre de 2008

toda vía


No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría.

Palpo, gusto, escucho y veo
tu rostro, tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo.

Tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto.

Nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa.

Sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía.

Pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro.

Y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

Y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más todavía


[Mario Benedetti - Todavía]

miércoles, 24 de diciembre de 2008

se busca



Y ya sabes, si bebes...no conduzcas.

¡FELIZ NAVIDAD!

sábado, 20 de diciembre de 2008

buenos modales



Hace unos días encontré una pequeña guía para comportarse correctamente en la mesa y estas son algunas normas básicas que os ayudarán a conseguirlo:

- La observación y la naturalidad serán tu “as en la manga”. ¿Qué la cosa se complica?, pues sentido común. Si te sirven unos caracoles y debes emplear unas pinzas especiales que jamás has utilizado, tienes que esperar a ver cómo lo hacen el resto; recuerda lo mal que lo pasó Julia Roberts, en Pretty Woman, por no pararse a observar.

- Los cubiertos se utilizan por este orden: desde el que está más en el extremo hasta el que se ubica en el interior. Es muy importante indicar al camarero que has terminado de comer colocándolos juntos encima del plato. Si éste fuera un reloj, los dejaríamos como si fueran las tres y cuarto. Por cierto, si los dejaras cruzados estarías indicando que el plato en cuestión no ha sido de tu agrado, así que ándate con cuidadín de lo que indican tus gestos.

- Lo de los codos encima de la mesa sigue estando prohibido, no sólo cuando la comida está servida, sino también antes y después. Y lo absolutamente inadmisible es meterle los codos en la cara a tu vecino de mesa cuando estés cortando la carne o el pescado para comértelos; procura respetar siempre el espacio de los demás comensales.

- Si te manchas y el desperfecto no es muy notorio, evita solicitar un producto que elimine los lamparones, puesto que el olor será molesto para los demás comensales. Además, este tipo de productos tienen contenidos altamente alérgenos que podrían provocar una ola masiva de estornudos.

- Dar las gracias al camarero cada vez que te llena la copa es absurdo. Con que se lo indiques la primera vez mediante un gesto será suficiente, tampoco hay que pasarse de educados.

- Es obligatorio limpiarse la boca antes de beber e imprescindible y muy recomendable hacerlo con la servilleta (que siempre estará doblada por la mitad sobre las piernas); las manchas en la copa son de muy mal gusto y en las mangas no tienen perdón.

- No juegues con el pan y jamás solicites palillos. Procura llevar siempre contigo hilo dental para posibles contratiempos y úsalo siempre en privado, nadie tiene porque contemplar el espectáculo de ver cómo te aseas la boca.

- Si no te gusta el plato que te ofrecen, pide que no te lo sirvan y espera a que te den una alternativa. Si no hubiera ninguna alternativa, espera al siguiente plato pacientemente; sobre todo, no juegues con el pan ni con los cubiertos mientras esperas.

- Nada de enzarzarse en conversaciones polémicas que llamen excesivamente la atención, los trapos sucios se airean en casita y las discusiones se dejan para algún bar con más ruido.

- Y un último consejo: el buen comensal no sólo observará estas normas en el mejor restaurante, los buenos modales son un aliño imprescindible en cualquier mesa.

Así pues, si te invito a comer o cenar en mi casa, por favor, demuéstrame que eres educado/a y que tus progenitores no echaron en saco roto el tiempo dedicado a tu educación.

lunes, 15 de diciembre de 2008

mezclas arriesgadas



Ya se sabe que hay cócteles y cócteles y que algunos mejor tomarlos en compañía y otros mejor tomárselos a solas.

Hoy traigo la receta de un cóctel que, por sus características, es imprescindible degustarlo en la más absoluta de las soledades y alguien ya se me adelantó bautizándolo Ponzi.

Los ingredientes para preparar un Ponzi espectacular serían los siguientes:

- Una pizca de relevancia en los mercados bursátiles
- Una medida larga de rendimientos financieros
- Una pizca de secretismo
- Un toque de orgullo
- Inversores muy ambiciosos

Su preparación es muy sencilla:

Ponga una cuarta parte de inversores muy ambiciosos junto con el resto de ingredientes en un Hedge Funds y mézclelos hasta conseguir despistar al más sabueso de los auditores.

A medida que vaya sirviendo copas, añada a la mezcla anterior más partes de inversores muy ambiciosos, a fin de que no se agote el cóctel (nadie notará la diferencia).

Es una mezcla arriesgada, pero ya se sabe que, por ahí afuera, hay mucho adicto a la adrenalina.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

profetas de nuestro tiempo



«Igual que desaparecieron los grandes dinosaurios, así desaparecerán los grandes especuladores de la economía mundial. »

Suena a frase digna de alguna de las múltiples profecías de Nostradamus, pero no lo es. Esta frase me vino a la cabeza leyendo un artículo sobre el por qué los grandes analistas económicos no vieron venir la que nos estaba cayendo encima.

Sin embargo, últimamente todo aquel que tiene un mínimo de autoridad en economía o finanzas – léase profesores de prestigiosas universidades privadas, etc.– se atreve a hacer pronósticos sobre la crisis, la nueva configuración económica mundial y otras suertes del destino. ¿Dónde estaban todos ellos cuando la economía de vacas gordas parecía no tener fin? ¿Por qué todos son capaces de hablar sobre cómo será y cuánto tiempo durará esta crisis?

En agosto de 2004, Nouriel Roubini y Brad Setser (*), escribieron un informe en el que alertaban acerca de que los balances comerciales de las principales economías del mundo eran “insostenibles” y probablemente “provocarían una crisis en el sistema económico en los próximos tres o cuatro años”. Este par sí que sabía lo que se nos venía encima, además muchísimo antes de que nadie quisiera darse cuenta.

Los menos “lumbreras” equiparan esta crisis a la que sufrió Estados Unidos en 1929 [por cierto, también provocada por el sector inmobiliario], pero ésta es muy diferente. Ésta es una crisis de valores, una crisis de retorno al moralismo, a la represión y al control.

Si pudiéramos entender cómo se tejen los hilos de una crisis quizás sería más fácil controlarla, pero –al igual que un virus cualquiera– la pillas y después el problema es tuyo para quitártela de encima.


(*)
Nouriel Roubini, antiguo asesor del Tesoro de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional, es en la actualidad profesor de economía en la escuela de negocios Stern (NY) y director de la consultora RGE Monitor (compañía que ofrece servicios de análisis de información macroeconómica).
Brad Setser, antiguo Subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, es socio de Roubini en una de sus compañías y publica artículos en su blog (
http://blogs.cfr.org/setser/) del CFR (Council on Foreign Relations).

lunes, 8 de diciembre de 2008

vincent malloy



Jugando con el terror contenido al más puro estilo Edgar Allan Poe, es una genial obra de arte del gran maestro Tim Burton. Éste fue el primer corto que dirigió y que comenzaría la saga de todas las grandes obras que le han seguido después.

sábado, 6 de diciembre de 2008

regreso al futuro



Siempre me ha atraído la idea de viajar en el tiempo y saber que fue de mí en el pasado o que será de mí en el futuro. Me refiero a la idea de conocer esas vidas pasadas o futuras, que nunca conoceremos en esta.

Muchas veces también me he preguntado si estamos viviendo realmente en el presente, única y exclusivamente, o si, en el mismo momento y en planos diferentes, coexisten nuestros pasados y nuestros futuros.

Cuando era niña y muchísimo más curiosa que ahora –científicamente hablando– tenía la idea de que si adelantaba el reloj lo suficiente podría viajar en el tiempo y plantarme en el futuro. Es decir que, si contamos que un año tiene 8760 horas, si le daba unas 8760 vueltas a las agujas del reloj podría viajar al año siguiente. Por supuesto que lo comprobé y no resultó, ¡cosas de niños!

Si realmente fuera tan sencillo viajar al futuro, para ver lo que éste nos depara, ya se habría inventado la máquina oportuna.

De todas formas, yo sigo pensando que nuestro futuro y nuestro pasado coexisten con nuestro presente.


lunes, 1 de diciembre de 2008

cuando la primavera llega en diciembre, no se puede ser más feliz


Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir.
Hay un tiempo para destruir y un tiempo para construir.
Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír.
Hay un tiempo para buscar y un tiempo para perder.
Hay un tiempo para callar y un tiempo para hablar.
Hay un tiempo para aborrecer y un tiempo para amar.

Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Hay un tiempo que reúne todos estos tiempos y hace que te sientas viviendo una primavera en pleno mes de diciembre.