domingo, 17 de enero de 2010

el fin del mundo



El terrible terremoto que ha asolado Haití estremece el corazón y encoje el alma.

Haití, en sí mismo, ya era un país pobre de solemnidad, tan pobre que había mucha gente que no tenía qué llevarse a la boca –hay leyendas que cuentan que las personas que desaparecían lo más probable era que aparecieran como carne en algún mercado–.

Hace unos cuantos años tuve la oportunidad de pasar tres semanas en República Dominica y cuando mostramos nuestro interés por visitar Haití nos recomendaron que no lo hiciéramos, que los turistas eran persona non grata en ese país y que lo mínimo que nos podía pasar era que nos robaran hasta la ropa.
Desconozco si tales afirmaciones eran ciertas o no, pero la verdad que leyendo las noticias que nos llegan desde ese país, en estos últimos días, quizá es que fueran más que probables.

Lo que sí es cierto es que para los haitianos, muy dados al vudú y demás rituales de salvación, esta catástrofe represente el fin del mundo.
De hecho será el fin del mundo para muchos de ellos, que seguro morirán de hambre o alguna epidemia, mientras sus gobernantes exigen –sí, sí, EXIGEN– al resto del mundo ayuda para recuperar su país, cuando fueron ellos quienes lo llevaron hasta la situación en la que se encuentra hoy.

Quizás sea cierto y finalmente el fin del mundo se esté acercando…