jueves, 22 de abril de 2010

el viaje de Liberty



Regresaba a Barcelona con la sensación de haber estado un mes fuera de casa, aunque habían sido solo dos días.

Como cada vez que había viajado a Madrid, éste también fue un viaje al interior de sí misma, un nuevo viaje de autoconocimiento, de autoevaluación...

Esta vez descubrió el nudo que había hecho en su interior, el ancla que había dejado echada en un punto de su pasado, la relación que siempre buscó y al hombre que le sirvió de guía y de referencia; había creado un molde, imposible de repetir, imposible de recrear, pensando que podía encontrar a su gemelo. Obviamente, no le encontró.

Después de dejar a Ricardo estuvo cinco años sin querer conocer a ningún otro hombre, hasta encontrar a Edu, su primer marido, con quien mantuvo una relación tortuosa porque nunca le amó, simple y sencillamente porque él no era Rick.

Y así se habían desarrollado todas sus relaciones hasta hoy. Había buscado un fantasma de su pasado, la sombra de un hombre y de lo que habría querido vivir con él.
No en vano, Dios quiso que reencontrara a Ricardo Marín, el Original, hacía dos años; tiempo que tardó en ser consciente de lo que había hecho, del monstruo que había creado en su interior.

Ayer, 21 de abril de 2010, pasados 19 años desde que conoció, amó y se apartó de Ricardo, tomó consciencia de que le había amado, le amaba y que quizás siguiera amándole hasta el fin de sus días. Pero también fue consciente de que no se angustiaría porque él no estuviera a su lado como pareja, que dejaría que entrara en su vida como lo hizo (como un amigo) y que la compartiera en ese mismo modo, porque se sentía feliz sabiendo que podía marcar su número de teléfono y encontrarle al otro lado. Porque lo suyo era ahora mucho más sincero, puro y transparente de lo que fue en su momento. Porque lo que ahora les unía era un Amor Verdadero y Auténtico.

Por ende, había soltado lastre con Kim Verges, por lo que era más que probable que éste no regresara nunca más a su vida.

Sí, Ricardo era el hombre de su vida; ahora sabía que le amaba con ternura, porque le permitía ser ella misma, porque cuando recordaba los momentos vividos juntos se le dibujaba una amplia sonrisa.

[Esta historia está basada en hechos reales y los nombres de los protagonistas han sido alterados para mantener su anonimato]

viernes, 16 de abril de 2010

suplantadora



Le habría gustado ser mucho más alta, mucho más inteligente, mucho más simpática, mucho más hermosa de lo que la vida había querido que fuera.

Empezó a vivir su vida, a través de las vidas de los demás, a muy temprana edad.

Así, con una despreocupación muy estudiada, se convirtió en la sombra de muchas de sus amigas y así también fue perdiéndolas una tras otra; nadie adora que le hagan sombra.

De todas formas, hubo una que ocupó sus días y sus noches.

Por más que la imitaba, más cambiaba ella. Era totalmente imprevisible y, por lo tanto, imposible de suplantar.

Llegó a obsesionarse de tal manera que quiso ser ella misma e intercambió sus papeles, asignándose ella todos los actos de la suplantada.
Aún así, la suplantada siempre conseguía salir airosa de todos los descréditos que su suplantadora le asignaba.

Se preguntaba, una y otra vez, que hacía a aquella muchacha un Ser tan especial.

Lo que Suplantadora nunca entendió es que Suplantada brillaba con luz propia y eso, sencillamente, no puede ser suplantado.