martes, 8 de diciembre de 2009

tu nombre



Cada uno de nosotros posee un nombre. Un nombre único y exclusivo, a pesar de que pueda haber miles de personas que tengan el mismo. Un nombre que se puede alargar o acortar o incluso convertir en sobrenombre.
Hay quienes se enorgullecen del nombre que les pusieron, otros desearían que fuera diferente, pero todos queremos tener uno.

Es curioso observar como utilizamos nuestro nombre, así pues:
- tenemos un nombre familiar, por el que nos reconocen todos los integrantes de nuestra familia;
- tenemos un nombre social, por el que se nos reconoce en nuestro ámbito de amistades y relaciones sociales;
- y por último, tenemos un nombre profesional, por el que se nos reconoce en nuestro ámbito profesional (bien sea laboral, de estudios, oficial, etc.).

Si se utiliza una versión del nombre, en el ámbito profesional pueden sonar ridículo (si no se dedica uno a la publicidad, el arte o la farándula).
Si se utiliza el nombre completo, puede denotar falta de imaginación o creatividad [tanto de la persona en cuestión como de los progenitores que, en el afán de colocar un nombre sin diminutivos posibles, pusieron a su retoño un nombre demasiado vulgar y poco dado a las transformaciones].

Por otra parte, cada versión de un mismo nombre puede implicar también versiones diferentes de carácter, porque no me negaréis que don Ignacio puede ser una persona seria y muy responsable que en algunos momentos se convierta en el irreverente Ñaki.

Así pues os invito a estudiar vuestro nombre y a pensar en la forma en la que lo utilizáis.

Firmado: Lu Cía.

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