
En España hemos tenido políticos de todas las naturalezas, clases y tendencias y es así porque el español es veleta por naturaleza.
Revisando unos cuantos nombres de la España demócrata, me encontré con la sorpresa que muchos de ellos habían pasado sus primeros años dedicados a la docencia universitaria y otros lo habían hecho inmersos en la actividad política desde antes incluso de acabar sus estudios universitarios.
Pero veamos algunas curiosidades “veletísticas” de nuestros políticos:
- Javier Solana publicó un libro titulado “50 razones para decir NO a la OTAN” y años más tarde se convirtió en el secretario general de esa misma institución.
- Alfredo Pérez Rubalcaba pronunció, durante la tensa jornada del 11-M, la frase “España se merece un gobierno que no le mienta”. Hoy el gobierno al que pertenece, a mi humilde entender, es el que más nos está mintiendo.
- Don Leopoldo Calvo-Sotelo se atrevió, aún perteneciendo a la derecha acérrima española, a aprobar la ley del divorcio, cerrar el mapa de las autonomías y meternos a todos dentro de la OTAN.
Aún así, también hay que quitarse el sombrero ante unos cuantos, por la gran labor que realizan por nuestra sociedad:
- Eduard Punset porque ahora es más conocido por sus obras literarias que por las que realizara cuando estuvo en el gobierno.
- Ernest Lluch porque se retiró de la política para dedicarse a su gran pasión, formar mentes libres. Quizás por eso le matara ETA.
- Federico Mayor Zaragoza porque es un gran defensor del cambio mundial, como se desprende de una de sus declaraciones: “Para pasar de una época de cambios a un cambio de época es imprescindible que se produzca la reacción de la sociedad”.
Por último, agregaré que los peores de todos son los políticos-farsantes, esos que escudados en su cargo se atreven a jugar con todo un país. Por desgracia, esta es la clase política que más abunda. Son los que no sabiendo de nada se atreven a mentirnos y, lo que es peor aún, pretenden que nos creamos sus mentiras. Dentro de esta categoría englobaría a los Aznar, los Guerra, los Rato (que parecen grandes financieros por haber dirigido una economía más que boyante que ahora, gracias a sus gestiones, hace aguas por todas partes), los Carod Rovira de turno y un largo etcétera que no pondré para no aburrirte.
Y ahora os dejo con una última curiosidad, don Leopoldo Calvo-Sotelo era políglota, llegando a dominar el inglés, el francés, el italiano, el alemán y el portugués. Muchos de nuestros políticos actuales no dominan ni su propia lengua.
Revisando unos cuantos nombres de la España demócrata, me encontré con la sorpresa que muchos de ellos habían pasado sus primeros años dedicados a la docencia universitaria y otros lo habían hecho inmersos en la actividad política desde antes incluso de acabar sus estudios universitarios.
Pero veamos algunas curiosidades “veletísticas” de nuestros políticos:
- Javier Solana publicó un libro titulado “50 razones para decir NO a la OTAN” y años más tarde se convirtió en el secretario general de esa misma institución.
- Alfredo Pérez Rubalcaba pronunció, durante la tensa jornada del 11-M, la frase “España se merece un gobierno que no le mienta”. Hoy el gobierno al que pertenece, a mi humilde entender, es el que más nos está mintiendo.
- Don Leopoldo Calvo-Sotelo se atrevió, aún perteneciendo a la derecha acérrima española, a aprobar la ley del divorcio, cerrar el mapa de las autonomías y meternos a todos dentro de la OTAN.
Aún así, también hay que quitarse el sombrero ante unos cuantos, por la gran labor que realizan por nuestra sociedad:
- Eduard Punset porque ahora es más conocido por sus obras literarias que por las que realizara cuando estuvo en el gobierno.
- Ernest Lluch porque se retiró de la política para dedicarse a su gran pasión, formar mentes libres. Quizás por eso le matara ETA.
- Federico Mayor Zaragoza porque es un gran defensor del cambio mundial, como se desprende de una de sus declaraciones: “Para pasar de una época de cambios a un cambio de época es imprescindible que se produzca la reacción de la sociedad”.
Por último, agregaré que los peores de todos son los políticos-farsantes, esos que escudados en su cargo se atreven a jugar con todo un país. Por desgracia, esta es la clase política que más abunda. Son los que no sabiendo de nada se atreven a mentirnos y, lo que es peor aún, pretenden que nos creamos sus mentiras. Dentro de esta categoría englobaría a los Aznar, los Guerra, los Rato (que parecen grandes financieros por haber dirigido una economía más que boyante que ahora, gracias a sus gestiones, hace aguas por todas partes), los Carod Rovira de turno y un largo etcétera que no pondré para no aburrirte.
Y ahora os dejo con una última curiosidad, don Leopoldo Calvo-Sotelo era políglota, llegando a dominar el inglés, el francés, el italiano, el alemán y el portugués. Muchos de nuestros políticos actuales no dominan ni su propia lengua.