lunes, 4 de febrero de 2008

un mundo diferente

Mi querido Blog:

Hace ya muchos días que no te escribo y, desde ahora, te comunico que tendrás que ser paciente conmigo. La disciplina no es algo que me caracterice y mi vida es un sinfín de caóticos sucesos que se unen entre sí, tejiendo una perfecta telaraña que me atrapa irremediablemente.
En algunas ocasiones mi alma no quiere mostrarse y en otras mi entorno me impide hacerlo.

Esta vez fue debido a una sorprendente noticia que vio la luz el pasado 24 de enero. Esa misma mañana la Société Générale había pasado de ser el segundo banco francés (por capitalización bursátil) a estar en entredicho y ser el centro de todas las miradas económicas.
Resulta que un “jovencito” decidió jugarse al azar 140 años de historia de una de las entidades financieras que más controversias ha suscitado en los últimos años. Al joven Jérôme Kerviel le pareció que podía jugar con el dinero de su empresa, como si de repartir caramelos al más puro estilo Rey Mago se tratase.
La cuestión es que se jugó -sin tener ni idea de lo arriesgado de su juego- nada más y nada menos que 50.000 millones de euros; cifra que se dice rápido y se pierde igual de rápido en manos inexpertas e insensatas.

A partir del jueves negro, la Société Générale ya no ha vuelto a ser la misma. Presentarán, a pesar de todo, beneficios para sus accionistas. Sus máximos dirigentes han emitido, por lo menos, una nota al día para dar ánimo y apoyo a su personal. Pero el problema es mucho más grave cuando lo que está en entredicho es la credibilidad. En ese sentido los números importan poco, porque ¿de qué puede vivir un banco que dispone de poca liquidez?
De todas formas, los grandes dirigentes de esta entidad siguen adelante con sus planes de expansión, de compras, de fusiones…
Mientras tanto, sus trabajadores -esos que tienen que dar la cara y aguantar los comentarios jocosos de más de un cliente- siguen luchando y apoyando un sueño, un ideal, una forma de pensar y de vivir, para que esos 140 años de historia no caigan en el olvido.

Así que ya ves, mi querido Blog, quizás en un tiempo ya no forme parte de la Société porque ésta, simplemente, ya no exista.


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