lunes, 23 de agosto de 2010

adversidades


Cuenta una antigua historia que un joven paseaba por el bosque y, en su camino, halló una crisálida de mariposa oculta entre las hojas de una planta. La curiosidad le impulsó a llevársela a su casa para ver cómo nacía.

Tras esperar durante varias horas, el joven observó, emocionado, cómo se había abierto un diminuto orificio en el capullo de mariposa. A los pocos minutos, empezó a notar cómo luchaba por salir a través del minúsculo agujero.

El tiempo pasaba y parecía que la mariposa se había quedado atascada. Daba la sensación de que no progresaba en su intento por librarse de la cárcel de la crisálida. El joven, generoso y atento, decidió ayudarla. Sin pensarlo dos veces, cogió unas finas tijeras y realizó un corte lateral en el orificio del capullo para agrandarlo y facilitarle la salida. Y la mariposa salió al exterior sin necesidad de hacer ningún esfuerzo más.

El joven, satisfecho por su intervención, se quedó mirando a la mariposa, que tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas, débiles y plegadas. Esperaba ansioso ver cómo volaba por primera vez. Sin embargo, debido a su ignorancia –disfrazada de bondad–, había impedido que la restricción de la abertura del capullo cumpliera con su función natural: incentivar la lucha de la mariposa, de manera que los fluidos de su cuerpo nutrieran sus alas para fortalecerlas antes de salir al mundo y comenzar a volar.

La clave está en comprender que la adversidad tiene su función…

domingo, 8 de agosto de 2010

perdónenme la confesión


Te perdono…

Te perdono por todas las noches que esperé que uno de tus besos me aliviara y uno de tus abrazos me rescatara.
Te perdono por todas las discusiones que empezaron con un sarcasmo y acabaron en cinismo.
Te perdono por todas las intolerancias que me impidieron avanzar y crecer a tu lado.
Te perdono por alejarme de los que creía que eran mis amigos.
Te perdono por abandonarme a mi propia suerte.

Y te doy las gracias…

Gracias porque al minar cada una de mis ilusiones las hiciste más reales y necesarias.
Gracias porque al no darme el apoyo necesario me hiciste in-dependiente.
Gracias porque al dejar que ganara 15 kg de peso me descubriste que el secreto de mi belleza no está en mi exterior.
Gracias porque al no engendrarme ningún hijo me ayudaste a valorar a los demás y guiar hacia ellos mi amor.
Gracias porque al intentar someterme me hiciste más fuerte y más valiente.
Gracias porque al proyectar tus miedos sobre mí me ayudaste a comprender que cada uno es responsable de su vida.
Gracias porque al intentar apartarme de mi camino me lo mostraste más claramente.

Te perdono y te doy las gracias por convertirme en la persona que soy.